Manejo de la pre-faena y su importancia para la calidad, rendimiento e inocuidad

Miércoles 01 de Octubre de 2014
Manejo de la pre-faena y su importancia para la calidad, rendimiento e inocuidad

La pre-faena es la etapa responsable de trasladar los pollos en edad de faena de las granjas a la planta a través de cuatro operaciones: programación de retiro, ayuno, cargada y transporte. Por su significativo potencial de riesgos para la calidad, rendimiento e inocuidad de las aves vivas, es fundamental que sea muy bien coordinada, a fin de asegurar la integridad de la materia prima entregada al matadero.

La pre-faena inicia con la elaboración del programa de retiro de alimento que se hace llegar con 24 horas de anticipación a todos los galponeros con aves en edad de faena para que tengan el necesario y debido tiempo para preparar adecuadamente los galpones de donde se sacarán los pollos. La programación informa la hora del corte del alimento, la cantidad de aves a cargar, el número de aves por jaula y la hora del inicio y termino de la cargada de cada camión.

La etapa que le sigue es el corte del alimento, o ayuno, que tiene la finalidad de vaciar el sistema gastrointestinal (SGI) de las aves antes de la faena para reducir el riesgo de contaminación durante la evisceración. La contaminación inflige significativas pérdidas económicas a las empresas avícolas por hacer necesario reducir la velocidad de faena para permitir la adecuada inspección de las canales post-evisceración por las autoridades sanitarias y por los decomisos que genera la presencia de materia fecal o manchas de bilis en la superficie interna o externa en las canales. La contaminación es una de las cinco principales causas de decomisos en las plantas avícolas. Tras el retiro del alimento hay que asegurar a las aves acceso libre al agua hasta que inicie la cargada. Esta práctica, aunque rutinaria y adoptada en todo el mundo, parece ser controversial en cuanto a la contribución al vaciado del SGI y consecuente reducción de la contaminación durante la evisceración. Hay trabajos que demuestran que la ausencia de agua libre durante el ayuno no afecta la posterior incidencia de contaminación fecal de las canales en el matadero. Sin embargo, el agua juega otro papel importante, que es el de asegurar el incuestionable confort térmico de las aves durante la cargada, reduciendo el riesgo de mortalidad.

Durante el  ayuno hay una reducción del peso vivo del ave que es inherente al proceso. Esta merma, provocada por la excreción de las heces en las primeras horas, y por el uso por el pollo de sus reservas de agua y energía para mantenerse vivo hasta la faena, no se recupera posteriormente en el matadero , siendo una pérdida neta, irreversible y de gran significancia económica para las empresas. Por ello, el programa de ayuno, para ser eficaz,  precisa ser dibujado por profesionales con el debido y necesario conocimiento de todo el proceso para que se logre el equilibrio entre los aspectos económico (pérdida de peso vivo) y sanitario (vaciado del SGI) relacionados al ayuno. 

La recolección de las aves es una operación delicada, cuya principal amenaza son las lesiones que puede causar al ave (hematomas y fracturas), consecuencias directas del método y de la supervisión del trabajo, y que pueden echar a perder, fácilmente y en pocas horas, el arduo y costoso resultado obtenido en la engorda.  Estudios demuestran que la tercera parte de las lesiones observadas en planta son atribuibles a la cargada. Así, para preservar la calidad de las canales, reduciendo las pérdidas posteriores por decomiso o disminución de calidad en el matadero, hay que cuidar de unos pocos aspectos que son clave para el éxito de la operación. Los bebederos y comederos deben ser removidos antes del inicio del trabajo. Cuidar la aereación del galpón durante la cargada reduce el estrese térmico y la mortalidad. Dividir los galpones en corrales conteniendo la cantidad aproximada de aves por carga cada uno y, antes de iniciar la cargada, acorralar a las aves en grupos de 200 a 400 aves, facilita significativamente el manejo y la recolección. La calificación y el grado de consciencia del supervisor de cargada y de los agarradores, la presencia del granjero durante todo el trabajo, y la adopción de un método de agarre que verdaderamente proteja al ave, son prerrequisitos clave para los resultados. Hay 3 métodos manuales y clásicos de cargada: de las patas, del cuello e individual. De los tres, agárrela captura por las patas y por el cuello son los que más afectan la integridad física de las canales, por las lesiones internas y externas que provocan, mientras que la captura individual es el método que, por mucho, protege más al pollo. Elegir uno u otro método es una decisión exclusiva de la empresa que debe ser tomada en base a la relación costo x beneficio ofrecida por cada uno de ellos.

En Latinoamérica el transporte de las aves vivas se hace, mayormente, en jaulas de plástico, un elemento de suma importancia en el esfuerzo de asegurar la calidad y rendimiento de las canales entre la granja y la planta. Por esta razón, es recomendable establecer un límite de peso, o de cabezas de aves, a transportar por jaula para poder acomodar, confortablemente, las aves durante el viaje;  elegir jaulas con un diseño que facilite colocar y retirar fácilmente las aves de su interior; que estimule la aereación de las aves durante el transporte y que estén siempre en buenas condiciones de conservación para evitar que lastimen a las aves.

La elaboración del programa de transporte debe contemplar las distancias entre las granjas y la planta, el tipo de carreteras y el peso de los camiones vacíos y cargados para permitir programar los tiempos de viaje de manera a asegurar que sean tranquilos los viajes y que no falten pollos en el matadero. Implementar mecanismos de control de estos tiempos ayuda a asegurar la consistencia del proceso. Los camiones deben estar equipados con recursos que aseguren el confort térmico de las aves durante el viaje, una de las principales causas de mortalidad de transporte. Cerca de 50% de la mortalidad es atribuible al transporte, según estudios de campo.

En el matadero, las cargas vivas deben irse a un andén de espera que les ofrezca la debida protección mientras esperan para ser faenadas. Los andenes pueden ser de madera u hormigón, pues lo que cuenta, y mucho, es su concepción y la disponibilidad de recursos que, al final, es lo que irá asegurar el confort de las aves. Ellos pueden estar cerca o lejos del área de la plataforma; es recomendable que estén circundados de arborización para crear un microclima agradable y proteger la instalación del sol directo. Deben disponer de ventiladores y aspersores a ser instalados de manera a optimizar la convección natural del aire caliente que emana de la carga viva de cada camión. El techo debe ser alto y de tejas de material aislante y debe contar con instrumentos de control ambiental y procedimientos operacionales formales que orienten la operación, a fin de asegurar la consistencia de los resultados a lo largo del día.

La pre-faena es un proceso corto en tiempo y largo en amenazas al pollo. Por consiguiente, hay que cuidarlo bien para preservar la calidad, rendimiento e inocuidad de las aves vivas. Al hacerlo, no solamente estamos asegurando la mejor materia prima al matadero, sino que se contribuye para optimizar la rentabilidad y competitividad de la empresa.

Fuente: http://www.carnetec.com/